lunes, 1 de agosto de 2011

BAUTIZO CARRETERO


A efectos de no herir susceptibilidades que seguro que las hay, he creado este blog, en el que se colgaran fotos y anécdotas que vayan surgiendo respecto de la otra bicicleta, la de carretera.

Los carreteros, término este utilizado, en el ámbito de los cañasbikes con insidia y connotaciones peyorativas, han sido hasta hace no mucho una autentica minoría.

El porqué de este animadversión podría dar tanto de si, como para que un psicólogo se doctorara basándose en este tema. Resulta curioso como la mayoría de los que practican ciclismo de montaña, se emocionan viendo las gestas de nuestros ciclistas de carretera en el Tour, y sin embargo, reniegan de su practica por amigos y colegas, llegándosele a atribuir carácter, malo por supuesto, y otras negatividades. La realidad es esa y no otra. A la carretera se le tiene miedo, en cuyo caso en nuestro cerebro se activa un inicial proceso de rechazo, asfalto = peligro, el subconsciente trabaja a marchar forzadas y de ahí el repudio. A algunos este miedo no les influye, es más, ni reparan en él, por lo que compaginan sin complejos ambas disciplinas, la de carretera y la de montaña. A otros el miedo les atenaza y a su tenor, espontáneamente, generan el descrito sentimiento de rechazo, que no es más que la sana respuesta para justificar la envidia.

Ni que decir tiene, yo he militado intensamente en este grupo, pero bueno cosas de la vida. Un día un amigo me dejó su bicicleta de carretera, en realidad la vendía, la cogí, me di mi vuelta, y recuperé aquellas buenas sensaciones de mi juventud. Con 15 años, me regalaron mi primera bicicleta de carretera, de carreras decíamos entonces. Mis amigos, Nico por ejemplo, tenía una Motoreta roja y el resto por el estilo, bicicletas duras para hacer el cabra, que por aquella se hacía bastante. Pero yo en vez de la endurera “motoreta”, me decanté por la de carreras, una preciosa BH blanca, de autentico hierro con el manillar de aluminio, los cambios en el tubo central y rastrales en los pedales. Mas adelante la pinté de azul plateado y le dispuse una pegatinas de la marca italiana Zeleris. Luego heredé una “Torrot” de mi hermano. Ambas tenían unos sillines literalmente de plástico rígido. Dos o tres amigos nos juntábamos de vez en cuando y lográbamos llegar hasta Alcalá de los Azules, a veces hasta con mochila a la espalda. Os aseguro que las carreteras no eran las de ahora, de aquella si que tenía mérito subir a Medina y no ahora.

Las circunstancias de la vida me alejaron de la practica de este deporte y de la bicicleta en general. Años después lo recuperé, pero siempre tímidamente, con bicicletas salidas del PRYCA y siempre de montaña, pues otras circunstancias, también de la vida, así me lo aconsejaron o más bien, obligaron.

Ha sido una lucha intensa, con mis miedos y mi pasado, pero al final he vuelto a sucumbir ante el ciclismo de carretera. Deporte siempre escrito con mayúsculas.

Evidentemente el ciclismo es un deporte, sin embargo, existe un grupo no desdeñable, de gente, que lo practica no como una disciplina deportiva, si no como una herramienta de contacto con la naturaleza. Evidentemente, para este sector, la bicicleta de carretera no es más que un trasto con el que desplazarse por el asfalto a ellos esto, no les interesa ni lo más mínimo.

El domingo fue mi bautizo carretero con los cañasbikes, Don Antonio, “el Rico”, tenía prevista en la cabeza una nada desdeñable ruta, 120 km en cuatro horas, más o menos.

En VV aparecimos a la misma hora que salía la gente con las monturas de ruedas gordas. Todos buenos amigos. En el sector flaki, Dani, Vicentini, Pablo, Rico y yo, apareció también, en realidad había llegado el primero, Jesus Capillita, que desde que se enteró, que me había averiguado una flaca, se le despertó el gusanillo de la curiosidad hasta el punto de pasarse por Rinorojo y alquilar una bicicleta de carretera. Lo suyo sí que era un verdadero estreno y vaya si lo fue. Nada más salir Pablo tuvo una avería en la ruedina del cambio y hubo que aplicarse en arreglarla, mientras tanto, aparecieron dos carreteros solitarios que aprovecharon para unirse a nuestro grupo. En el meadero nos esperaba Kike. Luego fuimos haciendo más y más kilómetros en dirección Paterna. Yo me estrenaba en una salida grupal en flaca y Jesus, se iniciaba en todos los sentidos, yo iba disfrutando de lo distinto que es manejarse en una bici de ruedas tan finas, y Jesus un poco menos, iba en el primer tramo muy tenso, no soltaba el manillar ni a la de tres y cuando se ponía de pie, había que aleccionarle, pues tal era su rigidez. Mientras tanto iba escuchando los consejos de Vicentini y de Rico, buenos consejos, que se agradecían sobremanera. Todos cuidaban de nosotros y nos ofrecían ruedas y recomendaciones.

Creí que tocaba desayunar en la Venta Andres, pero nada de eso, allí nos dejaron los dos compañeros añadidos que se dieron la vuelta, nosotros continuamos dirección Paterna. La carretera era aquí, de una visibilidad sorprendente y el tráfico casi nulo, algún repecho de sube y baja, que estiraba el grupo, pero nada que no se pudiera hacer.

Llegamos a Paterna y tampoco aquí desayunamos.

CONTINUARA..............................................


5 comentarios:

  1. Carletes no hace falta que te justifiques, otro mas para el grupo de carreteros jajajajaja.
    Bueno te deseo lo mejor en esta nueva andadura.

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  2. Charlie peaso de blog carretero ke nos vamos a marcar si señor y recuerda tío lo Ke importa es el mundo de la bici , ya sea mtb o carreras ,nos llena de satisfacciones y disfrutamos de las rutas y todo el grupo.
    Bienvenido al asfalto mano,un abrazo campeón,como tu me dirías a mi

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  3. Me alegro de ma nueva flaka.

    Un saludo.

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  4. para el domingo tengo una rutita en mente vamos animaros el sector carretero

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  5. carlos buena makina te has buscado para darle palos al personal jajajajajajaja ,ya eras el unico ke faltaba en la carretera ,ke la disfrute a tope tu focus

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